UN MANJAR COMO POCOS


Ricardo Tarona caminaba por la Quebrada, localidad de Cañete, y un extraño olor invadía las calles. Se detuvo en seco e intentó distinguir de donde provenía tal aroma. No demoró mucho en localizar la fuente y como un títere guiado por una fuerza mayor siguió el camino que lo llevaría a conocer una nueva experiencia.

Se apreciaba una multitud reunida en la plaza de dicha zona, además de cocineros preparados para calmar los paladares de las personas. Dio unos cuantos pasos y decidió preguntar entre los lugareños qué es lo que estaba sucediendo, uno de ellos le indicó muy alegre, seguramente por los vasos de whisky que se distinguían en su aliento, que es 12 de Setiembre y es “día del gato”. Explicó que en dicho lugar, se paraliza cualquier tipo de actividades y todas las miradas se centran en la celebración a los mininos. Gourmets, chefs y todas las personas de los alrededores conmemoran este arte culinario.

Un tanto extrañado no puede creer que el gato, ese animal doméstico que acompaña a miles de peruanos en sus hogares, fuera un plato que la gente exija en nuestro país. Platos como el “Estofado de gato”, “Gato al maní” y hasta “Gato broster” son algunas de las exquisiteces que se pueden preparar con la carne del felino. El gato es único, hasta tiene su propia festividad.

BODA CONDENADA

Durante 15 minutos todo se paralizó en una sala de la Base Naval del Callao, todas las miradas se centraban en los protagonistas del evento. El pasado viernes 20 de Agosto, Abimael Guzmán Reynoso, hombre demacrado por las casi dos décadas que está encerrado en la cárcel, y Elena Iparraguirre Revoredo, mujer de tez blanca y maltratada físicamente por sus 62 años de vida, se preparaban para una ceremonia que esperaban hace mucho tiempo.

Ambos contrajeron matrimonio en una pequeña sala de dicho lugar.  Ese día, Rubén Rodríguez Rabanal, presidente del INPE, y familiares de la contrayente no perdían de vista a la feliz, pero macabra pareja.

Luego de que la unión se consumara,  los recién casados compartieron un rato con los testigos, minutos después Guzmán fue trasladado con un semblante que oscilaba entre la felicidad y tristeza a su celda e Iparraguirre fue llevada al Penal de máxima seguridad de mujeres en Chorrillos con la incertidumbre de cuándo volverá a ver a su esposo.